2 de mayo de 2009

LA SIESTA

"A veces estoy tan cansado que no tengo más remedio que dormir la siesta.

(...)

No puedo dormir la siesta. Todo se vuelve negro. Caigo al vacío. Duermo para siempre.
No puedo dormir la siesta. Siento la muerte.

A veces, cuando duermo la siesta, me despiertan los gritos y las risas de mis hijos jugando en el jardín, tras la ventana de mi cuarto. Otras veces me despierta el abrazo de mi mujer, que duerme desnuda en mi cama.
Pocas veces en la vida me siento más aliviado y feliz como cuando esos niños o esa mujer me despiertan y me rescatan de esa nada infernal."

Extracto de LA NOCHE ETERNA, de Marv

1 de mayo de 2009

ENTERRADO VIVO

"Aquel día me desperté
y a mi entorno nada vi
Una oscuridad profunda
rodeaba todo mi ser
Un frío recorría mi cuerpo
y un sudor bañó mi piel

¡Estaba
enterrado vivo!

Puse atención a todo
y nada pude oír
Quise levantarme
y no pude mover los pies
Quise mover las manos
y nada pude hacer

¡Estaba
enterrado vivo!

Habré de morir desesperado
o de asfixia tal vez
Los gusanos me comerán
y yo me pudriré

¡Estaba enterrado vivo!
¡Estaba enterrado vivo!
¡Estaba enterrado vivo!"
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TEMA: ¡Enterrado vivo!
INTÉRPRETE: Eskorbuto
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Un tema de Eskorbuto: Os engañan

http://www.youtube.com/watch?v=Sn8uKKEzh2E

29 de abril de 2009

IZQUIERDISMO


De 1957 a 1962 se marca la historia del izquierdismo francés, a la sombra del sufrimiento del pueblo húngaro y del pueblo polaco a manos de dictaduras stalinistas. La Francia del Mayo del 68 (y la propia revolución de Mayo del 68; contra la patronal, contra el estado y contra las directrices obreras tradicionales) estuvo agitada por una nueva corriente política: lo que Richard Gombín llama el “izquierdismo”. Gombín define el izquierdismo como la fracción del movimiento revolucionario que ofrece una alternativa radical al marxismo-leninismo como teoría del movimiento obrero y su evolución. Forman parte de este movimiento anarquistas y marxistas extremistas, entre otros, y se inspiran tanto en fuentes literarias (Rimbaud, el Surrealismo…) como políticas (Proudhon, Fourier, Pannekoek, Marx…).


La sociedad francesa de la época (y todas las sociedades desarrolladas) había conseguido, por medio de la tecnología y el desarrollo, cubrir los medios necesarios para la subsistencia. Los trabajadores antes luchaban por una vivienda, por comida, por ropa; por vida. Los obreros delegaban en grupos de presión, en burócratas, dirigentes y líderes (sindicatos, partidos, etc.) para cubrir sus necesidades básicas. Una vez alcanzadas esas mejoras, estos partidos y sindicatos pierden su sentido, y se acomodan en el sistema capitalista, volviéndose reformistas (como el P.C., Partido Comunista, y la C.G.T., Confederación General del Trabajo, partido y sindicato, respectivamente, de la Francia de la época.) y así enemigos de la revolución. Al alcanzar la “vida”, sólo les queda luchar por la “vida verdadera”.
Por lo tanto, la clásica lucha social cambia de aspecto y de objetivo. El fin del capitalismo es la lucha contra el sistema y también contra esa oposición revolucionaria tradicional. Definen la acción revolucionaria como una lucha contra todos los frentes. Buscan eliminar todas las alienaciones; psicológicas, sexuales, culturales, ideológicas y, por supuesto, económicas. Por su complejidad, no buscan la victoria en una insurrección, sino en todo un periodo histórico.

Por otra parte, los izquierdistas se inspiran en varias revoluciones aplastadas (como la de Hungría y Alemania) son símbolo de prácticas nuevas. También en la “revolución española” (1936-1937) o la toma de fábricas en Italia (1919-1920), que son ejemplo de tradición revolucionaria no marxista.


Las espinas que los izquierdistas llevan clavadas en el corazón son tres:
La aplicación del esquema burocrático a la sociedad moderna y al movimiento obrero contemporáneo (la burocracia es un mal), el contenido del socialismo “negativo” del bolcheviquismo triunfante (el marxismo convertido en totalitarismo) y, por último, las consecuencias que se pueden sacar en cuanto a formas de organización del movimiento revolucionario (las organizaciones tradicionales).
Elaboran una crítica al marxismo-leninismo (la revista Argumentos, fundada en 1957, se encarga de ella).

Como hemos expuesto arriba, el izquierdismo carga contra nuevos frentes. Uno de ellos es la burocracia (que definen como “nueva clase”) porque es la que en realidad dirige la gestión de las empresas y tienen el centro del Estado. Roberto Micheles afirma que la gestión de un capital enorme da a los administradores un poder comparable al que goza el propietario.
También atacaron a la familia por ser la primera estructura alienante (al reproducir el modelo de la sociedad global, forma al niño para que se adapte, socabando su espontaneidad y creatividad). Criticaron también la moral sexual, los tabúes y las prohibiciones, entre otras cosas.
Otro de los aspectos básicos del izquierdismo es la crítica de la vida cotidiana, que aparece como reacción al dogmatismo stalinista y a sus seguidores franceses. Como observa Lefebvre, los intelectuales de izquierdas de posguerra dan pruebas de la incapacidad total ante los problemas que se les presenta; unos se refugian en el dogma del partido comunista y otros se evaden en la búsqueda de lo irreal, de la astracción: se les escapa lo cotidiano, lo concreto de cada día tal y como era y tal y como se podía transformar.
Los izquierdistas ven que hay un desnivel entre el sector de la técnica y la producción y la vida privada, ven que, así, la alienación del Hombre ha llegado a su cumbre.
Romanticistas, dadaístas, surrealistas… hasta Lefebvre, todos critican un mundo técnico y aburrido, que llega a lo más alto en las sociedades más desarrolladas.
Uno de los personajes de más influencia de la época era Isidoro Isou, que fija como necesidad esencial del hombre la necesidad de crear. Dice que en el acto de la creación, el hombre se torna algo así como un dios. Éste es uno de los principios que toma la Internacional Situacionista (I.S.), fundada en 1957, y muy influenciada por el izquierdismo de la época. La Internacional Situacionista intentará analizar el mundo moderno bajo el ángulo de la vida cotidiana.
Para la I.S., la vida en la sociedad moderna es sobrevivir. La sociedad de consumo corresponde a la economía de consumo. Por tanto, el enriquecerse da lugar a una supervivencia más acrecentada, pero no llega a lo cualitativo. Todas las relaciones humanas han sido impregnadas de la racionalidad del intercambio comercial. Por eso, la vivencia es representación. Todo es representación. Es el espectáculo; la mercancía que ocupa totalmente la vida social. El consumidor se convierte en consumidor de ilusiones. Se trafica con todo: objetos, ideas, costumbres…
Sin embargo, la I.S. considera que lo alienante no es el consumo, sino su elección condicionada y la ideología que eleva a esta elección. Porque consideran que la vida cotidiana en el mundo moderno está sometida a una “gestión totalitaria” que da forma hasta a nuestros modelos de comportamiento.
Por otro lado, al estar cubiertas las necesidades básicas, se crean otras nuevas. Una de ellas es el mercado del ocio (cine, excursiones, museos… todo el ocio). El hombre de hoy necesita ahogar su aburrimiento. El mal del obrero ya no es el hambre; es el aburrimiento.
Lefebvre, optimista, afirma que el hombre moderno se rebelará contra la fragmentación de su vida cotidiana (de la alienación) con y por el ocio (a través de la creatividad). La I.S. dice que la revolución está en manos del proletariado, por que es la clase obrera la que ha perdido el control de su vida. Deben abolir las clases y todo tipo de alienación. Y a ello llegarán a través de la comprensión de la lucha. El obrero es dialéctico. La I.S. afirma que la teoría revolucionaria no es un sistema científico, como afirmó Marx. Y el hombre liberado no será otro que el artista, entendiendo por artista el hombre creador de sus propias obras. La revolución, dicen, será una afirmación de la subjetividad de cada uno sobre el terreno de la cultura, porque el arte ha de invadir la vida, porque la vida ha de ser el arte de vivir. Así, ha de irrumpir la subjetividad de cada individuo, que ha de tomar la vida cotidiana.

Los izquierdistas creyeron realmente que Mayo del 68 sería la liberación individual que formaría la libertad colectiva. Aunque no fue exactamente así, se abrieron muchas puertas. Y las teorías que en los años 60 formaron los izquierdistas aún hoy son válidas. Porque hoy la sociedad del espectáculo está plenamente asentada.

27 de abril de 2009

LA INTERNACIONAL SITUACIONISTA


Los situacionistas quieren poner fin a la separación que se produjo hacia 1930 entre los artistas de vanguardia y la izquierda revolucionaria, aliados antaño. La IS afirma que desde 1930 no ha habido ya movimiento revolucionario ni vanguardia artística que respondiesen a las posibilidades de la época. Por tanto, las bases políticas de la IS están muy próximas al izquierdismo y al anarquismo, siempre aplicadas a las urbes avanzadas de los años 60 (Italia, Inglaterra… y sobre todo Francia). La IS plantea una ruptura total con todo. Una teoría revolucionaria total, global, que abarque todos los ámbitos de la vida; desde la política hasta el arte.

Pretende romper con el stablishment artístico y prestar atención al momento histórico. Unir la vida real (que consideran aburrida e insignificante) con la vida imaginaria (que es el sentido y la maravilla).

Critican el neocapitalismo y predicen la revolución de la vida cotidiana (que acabará con la burocracia y el capitalismo, que anula y degrada la vida con espectáculo y compensaciones), entendiendo por vida cotidiana la vida en sí, lo valioso, la experiencia, la creatividad, acabando con lo negativo, la supervivencia, el esclavismo (el espectáculo y la economía). Desean acabar con la manipulación de la vida a manos del capitalismo. El neocapitalismo, con sus actividades alienantes, domina los ámbitos de la vida social y manipula los deseos ante la pasividad de la sociedad. Incluso las experiencias vividas las reduce a mercancía: por ejemplo; una película en el cine; cierta manera de vestir; una atracción de feria, etc. Es la sociedad del espectáculo. La IS busca el dominio de la propia vida. Resultan horripilante, para la IS, nuestras propias vidas en su conjunto tal y como se viven en el ámbito cotidiano, en el neocapitalismo. Critican a la izquierda por su fracaso en percibir la transformación de la miseria que es la característica fundamental de la existencia en todos los países altamente industrializados, ya que la izquierda concibe todavía como miseria el hambre, la enfermedad y la intemperie (“miseria” superada ya en los países más avanzados), en lugar de la incapacidad de vivir, el letargo, el aburrimiento, el aislamiento, la angustia y la sensación absoluta de insignificancia que devora como un cáncer al proletariado del siglo XX (y XXI) en países industrializados. Dicen que la izquierda acepta alegremente las mistificaciones del consumo, y que no ve que el consumo es el corolario de la producción moderna (siendo estabilizador económico y justificación ideológica), ambos sectores alienantes, por tanto. La izquierda atrasada no consigue ver que toda la pseudovariedad del ocio (espectáculo) enmascara una sola experiencia de reducción de todos al papel de espectadores pasivos y aislados, obligados a renunciar a sus propios deseos individuales y aceptar un sucedáneo puramente ficticio y productivo en masa. Por todo esto, dicen que la izquierda no es más que la vanguardia del reformismo permanente al que se ve condenado al neocapitalismo. La revolución exige un cambio total y eso sólo puede significar superar el actual sistema de trabajo y ocio en bloque.
El proyecto revolucionario (insistían en lo de proyecto, en una propuesta, ya que estaban en contra de crear una ideología) que pretenden ha de ser la creación de una nueva irrupción de la vida como todo y la subordinación de las fuerzas productivas a ese fin. Consideran la actividad cultural como un método de construcción experimental de la vida cotidiana, que debe ser desarrollada infinitamente con la extensión del ocio y la desaparición del trabajo. El arte ha de dejar de ser una representación de las sensaciones y convertirse en una creación de sensaciones.

La IS dice que el arte es mercancía, que es parte del espectáculo, de la organización de la vida cotidiana. Excluye de participación, es una transmisión unilateral sin contacto con la realidad. La IS rechaza incluso las denominadas vanguardias de su época, a las que tacha de vanguardias de pega, del espectáculo, ya que no poseen ningún rasgo rupturista revolucionario. Distinguen dos tipos:

1.-Vanguardias reformistas, que reforman el espectáculo; como el arte cinético, muy de moda en la época.
2.-Vanguardias nihilistas; puramente contemplativas, como el Pop Art, cuyo máximo líder es Warhol.

Y dicen que la auténtica creatividad de su época está en las antípodas de lo que los mercaderes denominan arte. Ponen de ejemplo el nuevo lumpen; las tribus urbanas de la época (rockers, mods…) que con sus actos subversivos y destructivos (peleas, robos, etc.) golpean un sistema del que se intuyen apartados, aun sin conciencia revolucionaria y de forma nihilista. Ponen de manifiesto así su simpatía por la juventud.

Por ello buscan nuevas formas de actividad, indagando en la creación de la experiencia inmediata como disfrute hedonista y experimental. El juego es la clave. La revuelta contra la sociedad pasiva.En su buscan de la superación del arte (“No puede existir un arte situacionista, sino eventualmente un empleo situacionista del arte”, dice el número 1 de la revista), usa nuevas formas de representación. Y la situación es juego: se concibe como lo contrario de la obra de arte, que es un intento de valorización absoluta y de conservación del instante presente. En la conducta de la vida individual, una acción situacionista no se basa en la idea abstracta de progreso racionalista (en hacernos, según Descartes "señores y poseedores de la naturaleza"), sino en una práctica de ordenación del medio que nos condiciona. El constructor de situaciones, retomando una frase de Marx, "al actuar mediante sus movimientos sobre la naturaleza y transformarla... transforma al mismo tiempo su propia naturaleza." Otras de las herramientas que usan son:

-Técnicas de condicionamiento: Técnicas de influencia sobre los demás (como los mensajes subliminales) empleadas en una dirección revolucionaria para difundir contenidos liberadores.

-Detourment: Consiste en la variación, rectificación, apropiación, etc. de los productos culturales dándoles un sentido nuevo y reivindicativo. Por ejemplo, cambiaban los bocadillos de los cómics para otorgarles otro significado. Los situacionistas afirman que los cómics son la única literatura verdaderamente popular en nuestro siglo. Proponen modificarlos integrando algunos elementos suplementarios o simplemente cambiando los bocadillos. Se puede ver que este método hace lo contrario del Pop'art, que descompone en pedazos los cómics. El situacionismo aspira, al contrario, a devolver a los cómics su grandeza y su contenido. También son ejemplos del detourment los anticuadros de Bernstein o las construcciones de J.V. Martin. Por otro lado, cabe destacar la tergiversación de las fotonovelas, de las fotografías llamadas pornográficas, llamando al escándalo y la provocación. Con la misma intención, tergiversan carteles publicitarios.

-Pintura industrial: Volcar pintura en mercados y calles. Un juego efímero en el que todos pueden participar.
-Psicogeografía y deriva urbana: Perderse en el medio urbano interactuando con él y descubriéndolo. Se une así el juego y el urbanismo.

-Urbanismo unitario: En contra del funcionalismo. Afecta de forma revolucionaria a los habitantes y a la estructura urbana. De nuevo el juego, la aventura y el nomadismo.

-New Babylon: Una ciudad utópica creada por Constant en la que todos los individuos puedan expresarse creativamente.

-Homo ludens: Hombre lúdico. El juego total. El hombre como creador.

-Situación: Son actos efímeros , auténticos, irrepetibles. Por ello imposibles de mercantilizar. Una de sus situaciones fue la acción contra la asamblea de críticos de arte internacionales en 1958. Los situacionistas difundieron un folleto firmado contra los críticos: “¡Desapareced, críticos de arte, imbéciles parciales, incoherentes y divididos! En vano montáis el espectáculo de un falso encuentro. (…) Habéis mostrado, en este mercado, uno de los aspectos del comercio occidental: la palabrería confusa y vacía sobre una cultura descompuesta.” Los folletos se arrojaron en la sala donde se recibía a los críticos, en la calle, etc. Hicieron lo posible para que los críticos no pudieran evitar el texto. Varios de los situacionistas fueron detenidos.

- Promoción de la guerrilla en los massmedia: pirateando radios o editando periódicos subversivos y panfletos.

-Cine: Crean un cine anticomercial y revolucionario tanto en técnica como en contenido. En su época veían el cine como el medio de expresión más nuevo y más utilizable, estancado durante 3/4 de siglo (se había convertido efectivamente en el "7º arte" caro a los cinéfilos, a los cineclubs, a las asociaciones de padres de alumnos). “Constatemos para nuestro uso que el cine se ha terminado”, dijeron los letristas. Aunque admiran a ciertas figuras del cine y sus obras, dicen que el cine estándar es conservador y retrógrado. “Apropiémonos de los balbuceos de esta nueva escritura, apropiémonos sobre todo de sus ejemplos más acabados, más modernos, los que han escapado a la ideología artística aún más que las serie-B norteamericanas: las actualidades, las cintas-anuncio, y sobre todo el cine publicitario (al margen de sus medios, al margen del comercio y la mercancía)”, escriben. Destacan los filmes de Debord: Crítica de la separación, La Sociedad del espectáculo…

Sin embargo, como los proletarios, teóricamente, ante la nación, los situacionistas acampan en las puertas de la cultura. No quieren establecerse en ella, ni formar parte del arte moderno. La Internacional Situacionista declara: “Tenemos que ir más lejos, sin ligarnos a ningún aspecto de la cultura moderna, ni siquiera a su negación. No queremos trabajar en el espectáculo del fin del mundo, sino en el fin del mundo del espectáculo”.

Los situacionistas organizaron conferencias, exposiciones y publicaron una revista en francés (dirigida por Debord). Como hemos apuntado arriba, se dice que estuvieron detrás del Mayo Francés. Para la IS la ciudad era un teatro de operaciones culturales para el cambio social y la conquista de la libertad.

26 de abril de 2009

EL ACTO SURREALISTA MÁS SIMPLE


"El acto surrealista más simple consiste en salir a la calle con un revólver en cada mano y, a ciegas, disparar cuanto se pueda contra la multitud.
Quien nunca en la vida haya sentido ganas de acabar de este modo con el principio de degradación y embrutecimiento existente hoy en día, pertenece claramente a esa multitud y tiene la panza a la altura del disparo."

André Breton